lunes, 7 de febrero de 2011

Quique Herrero!!!



Pocos futbolistas han sido tan importantes para Miranda como Quique Herrero. Formó parte de algunos de los mejores equipos de España y consiguió importantes hazañas con ellos. En su palmarés figura una etapa como jugador del Madrid juvenil, la consecución de una Copa del Rey contra el Barça en Zaragoza, haber sido internacional juvenil y sub-21, jugar con el Castilla la Copa contra el Real Madrid o vivir los ascensos del Salamanca y el Tenerife.

«Admito que he tenido muy buena suerte en el fútbol y todas las etapas que he pasado en los equipos que he jugado han sido especiales. Guardo muchos recuerdos buenos y prácticamente ninguno malo», admite el ex jugador rojillo, aunque admite que tiene una espinita clavada: «no haber logrado el ascenso a Segunda B con el Mirandés cuando nos eliminó el Real Unión».


Pero si bien todos los equipos que han formado parte de su vida han sido importantes para él, hay uno del que guarda un recuerdo muy especial: el Real Oviedo. En él estuvo durante cuatro temporadas en las que consiguió ser el jugador más regular del campeonato, un título de Liga y el ascenso. E incluso, una peña azul se puso su nombre y aún sigue con él recorriendo el país. Todo un orgullo para el ex jugador.
«Nunca he creído que tener una peña fuera un mérito propio. Surgió en un momento en el que todos los jugadores y hasta el entrenador tenía la suya, aunque es cierto que aún continua funcionando gracias a su presidente, que es un fenómeno. Pero estoy convencido de que veinte años después de haber jugado allí muchos no saben ni quién soy», ríe.


En este sentido recuerda que el ambiente que se vivía entonces entre las peñas era realmente entrañable. «Se vivía el fútbol de un modo muy bonito en el que jugadores y afición estaban juntos. Por eso hoy, a pesar del tiempo que ha pasado, me gusta seguir yendo a visitar a la gente de la peña. Sigo estando muy satisfecho de que se llame Herrero y que sigan apostando por este nombre», señala el ex futbolista.


Pero su etapa como jugador del Oviedo le marcó para siempre, con un sinfín de anécdotas que nunca olvidará. Aunque no todas son divertidas. Por ejemplo, el hecho de ser un jugador muy técnico y no querer nunca despejar el balón sin más le jugó una vez una mala pasada.
«Es verdad que me gustaba sacar el balón jugando con los pies porque cada uno tienen su forma de entender el fútbol pero claro, una vez eso me costó un gol y encima el entrenador me cambió. Hizo lo que tuvo que hacer y yo así aprendí », explica.


No hay comentarios:

Publicar un comentario